Soy voluntaria de La Huertecica, desde que los vi trabajar con el cuerpo y poniendo en cada acción el corazón. A través de sus ojos pude ver que todo su ser estaba ahí, puesto al servicio de cada una de las personas que forman parte de esta comunidad, de esta Gran Familia.
Este mes me convocaron para impartir un taller de yoga para el Proyecto de LH Contigo, Sara fue mi primer contacto, amorosa, comprometida, entusiasta, atenta, ocupada, dedicada, pendiente de cada detalle. María estaba allí también, pura energía, acción compromiso, disciplina. Entregadas las dos a su trabajo, amoroso a veces, difícil, intenso, duro, doloroso otras.
Nos conocimos, hablamos, planeamos día, horario, fecha, lugar. Pregunte cositas sobre el grupo y me fui a casa.
Al salir de la Asoc. de Vecinos mi cabeza ya no paró, y ahí empezó mi proceso personal de armado del encuentro. No quería que sea una clase de yoga, tampoco una práctica estricta, dogmática, solemne, como muchas personas ven y viven el yoga, para mí el yoga es otra cosa y todo eso a la vez, pero fundamentalmente el yoga para mi es RESPIRAR en PRESENCIA Y CONECTAR-SE CON UNO MISMO. Yo quería que este fuera UN ENCUENTRO en el cual el Yoga, como herramienta, como hilo conductor, propiciara un espacio para personas que eligieron compartir un momento.
Primero intente “pensar” la dinámica, leí, investigué, me nutrí de información, y empezaron a aparecer muchas posibilidades, pero no podía terminar de darle forma, algo faltaba siempre, pues eran personas de edades muy variadas, posibilidades diferentes, con algunas limitaciones físicas algunas, ansiedades otras. Personas con ganas, otras no tanto, algunas con miedo, otras confiadas, algunas habían oído hablar alguna vez del yoga, otras nunca. Entonces, ¿Cómo llegar al corazón de cada una? Como conectar con ellas para invitarlas, desde un lugar amoroso, seguro, simple y que atrape su atención, a explorar EL YOGA? Un yoga, que como ya dije antes, suena a veces tan lejano e incluso “imposible” para muchas personas.
Y fue entonces cuando mi cabeza era un torbellino de pensamientos, ideas, dudas, miedos, cuando decidí PARAR… RESPIRÉ…RESPIRÉ… Y RESPIRÉ CERRANDO MIS OJOS, conecté con mi corazón y SENTÍ… Y JUSTO ALLÍ, fue cuando se hizo la “magia”( yo siento que escuche el mensaje de mi alma, su mensajera, la intuición me susurro al oido) y empezó a aparecer en el papel plasmado un encuentro que invitaba a ir del MOVIMIENTO a la QUIETUD, a través del cuerpo, de la danza, de la risa, con la música como medio fundamental, permitiéndonos caminar juntos/as desde afuera hacia adentro, sentirnos SEGUROS/AS en ese espacio con cada uno/a de nosotros/as, seguridad que nos permitía darnos PERMISO para explorar nuestro cuerpo, sentirnos, percibirnos, CONECTAR- NOS con nosotros/as mismos/as.
Construyendo un espacio sin juicio, sin expectativas, sin competencias, en el cual no había forma de hacerlo mal. La INVITACIÓN era fluir con una guía AMOROSA, ATENTA, intentando SENTIR el YOGA, como una experiencia que pasara por el cuerpo, la mente y las emociones, de eso se trata el yoga, puedo contártelo, puedo explicártelo, puedo describírtelo, pero hasta que no lo SIENTAS, lo experimentes, nada de eso servirá ni tendrá sentido.
Y llegó el día… y fue hermoso verlos llegar a casi todos/as, fue hermoso ver sus miradas atentas a mis palabras, fue hermoso sentir que recibían cada propuesta con entusiasmo, algunos más inhibidos/as, más tímidos/as que otros/as, quizás mas temerosos/as, otros/as confiados/as, seguros/as, deseosos/as. Todos HACIENDO, todos PONIENDO EL CUERPO y EL CORAZON. TODOS experimentando y dejándose llevar por cada propuesta que aparecía.
Fue hermoso ser testigo del proceso que los/as llevó de ESTAR ALERTA, con los OJOS BIEN ABIERTOS, como vivieron durante años… a la CONFIANZA, la QUIETUD, la ENTREGA, la CERTEZA de que ESE ESPACIO ERA SEGURO, en ese MOMENTO estaban a SALVO, tanto que pudieron CERRAR SUS OJOS para RELAJARSE (y fue literal) recostados en sus colchonetas… allí solo se respiraba calma, allí solo pude percibir PAZ, QUIETUD, BIEN- ESTAR.
Fue como si el tiempo se hubiera detenido, como si nada más importara, solo ESTAR AHÍ en PRESENCIA, CONECTADOS HACIA ADENTRO Y Des conectados de todo el “ RUIDO “ de afuera, incluido el de la propia mente.
Muchas veces en mi vida, viene a mí la sensación de que las palabras se me quedan chiquitas, cortas, que son insuficientes para expresar mis sentires. Esta es una de esas veces… ME SOBRAN LAS SENSACIONES…me faltan las palabras y no voy a buscarlas mas… elijo quedarme con las sensaciones.
Simplemente voy a decir que sentí y siento GRATITUD por la hermosa posibilidad que me brindan desde LH, por la experiencia que viví y que anhelo se multiplique por un millón, por la entrega de cada uno/a de los/as participantes del encuentro.
Elijo quedarme con sus miradas grabadas en mi corazón, elijo quedarme con sus risas resonando en mi oídos, elijo quedarme con la LUZ y el CALOR de este “Mar de Fueguitos” (diría Eduardo Galeano) que tuve la bendición de conocer y guiar.
Me quedo con las FOTOS en mi alma de aquella hermosa tarde, y aquellos hermosos seres, de los que tanto aprendí. Gracias a La Huertecica, gracias Carmen y Juana por permitirme formar parte, gracias Sara y María por concretar el taller, Gracias a todos y todas las participantes de este encuentro,
GRACIAS GRACIAS GRACIAS!
Gra Jaén Salomón